El 13 de octubre se celebra el Día Mundial de la Trombosis, responsable del infarto agudo de miocardio el ictus isquémico y el tromboembolismo venoso (TEV). A pesar de la elevada mortalidad sigue siendo una entidad bastante desconocida.
La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) quieren destacar la importancia de esta enfermedad ya que cada minuto una persona es diagnosticada de trombosis en el mundo y una persona fallece como consecuencia de esta enfermedad cada 6 minutos.
Para el secretario de la SETH, el Dr. José Mateo “el TEV es la principal causa de mortalidad prevenible en hospitales, por eso es muy importante que tanto los profesionales como pacientes sepan reconocer los síntomas de la enfermedad para llamar la atención sobre el diagnóstico y empezar el tratamiento rápidamente y evitar complicaciones futuras”.
Este año el Día Mundial de la Trombosis se centra en la problemática del TEV en el paciente hospitalizado. Se calcula que existen aproximadamente 12 millones de personas hospitalizadas por procesos médicos agudos en Europa y que la hospitalización contribuye a 1/4 de la incidencia de TEV.
Para la SETH “es de necesario conocimiento que tras el alta hospitalaria existe una situación de riesgo adicional, lo que obliga a emplear medidas preventivas contra la trombosis”, explicó el Dr. Mateo. Hasta un 60% de los casos de TEV ocurre durante o después de una hospitalización. Además, el TEV “es una causa importante de pérdida de años de vida ajustados por calidad (Quality Adjusted Life Year en terminología inglesa), mucho más que otras enfermedades como la neumonía hospitalaria o la sepsis y las reacciones adversas a medicamentos”.
El TEV es una causa importante de muerte y discapacidad en todo el mundo; representa la tercera causa de mortalidad cardiovascular tras el infarto agudo de miocardio y el ictus. El TEV es responsable de más muertes cada año que la combinación de cáncer de mama, VIH y accidentes de tráfico, datos que muchas personas desconocen y por eso queremos insistir en la importancia de la prevención, como en muchas enfermedades”, explicó el presidente de la SETH, el Dr. José Antonio Páramo.
Prevención del TEV en pacientes hospitalizados
El TEV constituye una causa importante de muerte que puede prevenirse en los hospitales si se instauran las medidas preventivas adecuadas (tromboprofilaxis). Tal como señala el Dr. Páramo, “numerosos estudios han demostrado que el empleo de fármacos anticoagulantes, fundamentalmente heparinas de bajo peso molecular por vía subcutánea consigue una reducción del 50-60% de eventos trombóticos, sobre todo en pacientes hospitalizados a causa de un procedimiento de cirugía mayor”.
Las medidas farmacológicas, además, “deberán ir acompañadas de otras físicas, como la movilización precoz y el empleo de medias elásticas. La estrategia de tromboprofilaxis debe ser individualizada teniendo en cuenta las características del paciente y su riesgo hemorrágico”, añadió.
Para el Doctor Páramo, presidente de la SETH, “no existe suficiente conocimiento entre la población general sobre esta enfermedad. En encuestas realizadas la concienciación sobre el problema del TEV es mucho menor que la que se tiene sobre otras enfermedades, como el infarto de miocardio, el ictus, la hipertensión, el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el SIDA. Además, menos de la mitad de los adultos conoce que la trombosis puede prevenirse”.
Factores de riesgo de TEV
El TEV afecta a personas de todas las edades, razas y etnias, y ocurre tanto en hombres como en mujeres. Determinados factores y situaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre potencialmente mortales. El riesgo más alto de padecer la enfermedad va asociado a episodios de cirugía mayor, la hospitalización y la inmovilización prolongada o presentar alteraciones genéticas que favorezcan la coagulación de la sangre. Otros factores como edad avanzada, presentar antecedentes familiares de coagulopatías y tratamientos como la quimioterapia, terapias de reemplazo hormonal y anticonceptivos orales pueden favorecer la aparición del tromboembolismo venoso.
Carga económica del TEV
Además de la morbilidad y mortalidad, el TEV supone una carga económica significativa para el sistema sanitario. Las múltiples pruebas de diagnóstico y los tratamientos, las hospitalizaciones prolongadas y los cuidados de seguimiento (incluido el TEV recurrente) pueden ser muy costosas. Como incide el presidente de la SETH “si se centran los esfuerzos en la prevención de TEV, los sistemas de salud pueden ahorrar dinero, mejorar los resultados y, fundamentalmente, salvar vidas. Algunos países ya han implementado políticas y protocolos de TEV que estandarizan (o incluso incentivan) la implementación de una prevención adecuada de TEV”.
Para evitar el TEV asociado a hospitalización, “los hospitales deberían establecer y hacer cumplir un protocolo de prevención del TEV para hacerlos más seguros. Para ello se recomiendan las pautas establecidas por las guías clínicas más recientes, basadas en la evaluación individual del riesgo de todo paciente hospitalizado y una pauta preventiva adecuada”, afirmó. Por eso, “es misión de los hospitales, sistemas de salud, legisladores y organizaciones encargadas de la calidad hospitalaria de todo el mundo hacer que el protocolo de prevención de TEV sea un tema prioritario de seguridad del paciente hospitalizado”, concluyó.