- El 50% de los episodios de tromboembolismo venoso se produce como consecuencia de una hospitalización reciente por un proceso médico.
- El riesgo trombótico persiste hasta 90 días tras el alta hospitalaria
Madrid, 13 de mayo.- La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, SETH, incide en la importancia de la prevención de trombosis en pacientes con COVID-19 más allá de la hospitalización. Según ha asegurado el Dr. José Antonio Páramo, presidente de la SETH, “los principales factores de riesgo en pacientes hospitalizados que contribuyen a la trombosis son edad avanzada, obesidad, infección, insuficiencia cardiaca, enfermedad inflamatoria intestinal y otras enfermedades inflamatorias crónicas, antecedentes previos de trombosis, cáncer, e inmovilización prolongada”.
Diversos estudios indican que aproximadamente el 50% de los episodios de tromboembolismo venoso se produce como consecuencia de una hospitalización reciente por un proceso médico y que el riesgo trombótico persiste hasta 90 días tras el alta hospitalaria.
Los pacientes hospitalizados por procesos infecciosos, como es el caso de COVID-19, muestran “una elevada incidencia de fenómenos trombóticos, que es incluso superior en aquellos que requieren atención en unidades de cuidados intensivos y respiración asistida, con una prevalencia de hasta un 30% de tromboembolismo venoso, lo que empeora el pronóstico y aumenta la mortalidad”, afirmó el Dr. Páramo. Estos datos también han sido reportados tras infección por COVID-19.
Por ello, desde la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, advierten de la importancia de implantar medidas de tromboprofilaxis, tras una valoración individual de riesgo de tromboembolismo, mediante el empleo de heparina de bajo peso molecular, administrada durante el ingreso, y prolongada un mínimo de 7-10 dias tras al el alta hospitalaria, acompañada de otras medidas preventivas, como mantener una actividad física y dieta adecuadas.
Desde la SEHH y la SETH, se ha elaborado un documento conjunto con una serie de recomendaciones para manejar la anticoagulación durante la crisis sanitaria provocada por la actual pandemia de coronavirus COVID-19. Siempre que sea posible, toda actuación en la consulta de anticoagulación se hará con la intención de que no se generen visitas sucesivas en los siguientes 2 meses. También, los pacientes con enfermedad tromboembólica venosa tratados con fármacos antivitamina K y que se considere que pueden requerir visitas cercanas por incertidumbre en la dosis (lo que incluye los inicios) y que no tengan contraindicación, se valorarán tratamientos alternativos como heparina de bajo peso molecular o anticoagualntes orales directos. Además, se intentará prolongar lo más posible el control de los fármacos antivitamina K en los pacientes bien controlados, llegando a controles cada 6-8 semanas si el hematólogo o su médico de atención primaria lo valora indicado. Desde las dos sociedades creen imprescindible considerar las posibles interacciones de los anticoagulantes de acción directa y de los cumarínicos con los fármacos que se están utilizando para el coronavirus, como antirretrovirales o cloroquina.
Además, la SETH está continuamente actualizando información sobre el COVID-19 y organizando diversos webinar al que pueden acceder todos los especialistas con el fin de estar al día con las patologías y su relación con el COVID-19.