13 de octubre, Día Mundial de la Trombosis
- El tabaco, el sobrepeso y el sedentarismo se relacionan con la aparición de trombos
- Menos de la mitad de los adultos conoce que la trombosis puede prevenirse
El próximo 13 de octubre se celebra el Día Mundial de la Trombosis, una afección que es responsable del infarto agudo de miocardio, el ictus isquémico y el tromboembolismo venoso (TEV). Para hacernos una idea, cada minuto, una persona es diagnosticada de trombosis en el mundo y otra fallece como consecuencia de esta enfermedad cada 6 minutos. No obstante, sigue siendo una patología desconocida entre la población.
La SETH conmemorará el día mundial con la iluminación del Ayuntamiento de Pamplona y ofrecerá información para aclarar dudas acerca de esta enfermedad, ahora más presente en la sociedad a causa de la pandemia. Una actividad que no se limita a España, sino que también se harán otras por todo el mundo para celebrar este día de diferentes maneras.
Del mismo modo, la Sociedad también quiere dar visibilidad esta patología, que todavía representa uno de cada cuatro fallecimientos en el mundo y que, ahora, ha tenido un gran impacto en la población con la llegada de la COVID-19.
El coronavirus, que ha encabezado la mayor parte de las conversaciones desde su aparición, ha dado a conocer un poco más la trombosis, pues el propio virus puede causar cuadros trombóticos. A esto se le ha añadido el confinamiento, una medida que trataba de contener la COVID-19, pero que indujo a muchos ciudadanos a pasar largos periodos de tiempo sentados frente a la televisión o al ordenador. Esto se ha traducido en un aumento de los casos de tromboembolismo vascular entre los jóvenes sin un factor de riesgo previo y, por lo tanto, en una preocupación entre los expertos.
“El TEV es responsable de más muertes cada año que la combinación de cáncer de mama, VIH y accidentes de tráfico, datos que muchas personas desconocen y por eso queremos insistir en la importancia de la prevención, como en muchas enfermedades”, explica el Dr. Joan Carles Reverter, presidente de la SETH.
Hospitalización y trombosis
Asimismo, para la sociedad “es necesario conocer que, de forma general, tras el alta hospitalaria, existe una situación de riesgo adicional, lo que obliga a emplear medidas preventivas contra la trombosis”, detalla el Dr. Reverter. Hasta un 60% de los casos de TEV ocurre durante o después de una hospitalización.
Según advierte el presidente de la SETH, “es muy importante que tanto los profesionales como pacientes sepan reconocer los síntomas de la enfermedad para llamar la atención sobre el diagnóstico y empezar el tratamiento rápidamente y evitar complicaciones”.
Además, indica el experto, el TEV “es una causa importante de pérdida de años de vida ajustados por calidad (QualityAdjustedLifeYear en terminología inglesa), mucho más que otras enfermedades como la neumonía hospitalaria o la sepsis y las reacciones adversas a medicamentos”.
Prevención del TEV en pacientes hospitalizados
El TEV constituye una causa importante de muerte que puede prevenirse en los hospitales si se instauran las medidas preventivas adecuadas (tromboprofilaxis). Tal y como señala el Dr. Reverter, “numerosos estudios han demostrado que el empleo de fármacos anticoagulantes, fundamentalmente heparinas de bajo peso molecular por vía subcutánea y anticoagulantes orales directos, consigue una reducción muy importante de eventos trombóticos, sobre todos en pacientes hospitalizados a causa de un procedimiento de cirugía mayor”.
Las medidas farmacológicas, además, “deberán ir acompañadas de otras físicas, como la movilización precoz y el empleo de medias elásticas. La estrategia de tromboprofilaxis debe ser individualizada teniendo en cuenta las características del paciente y su riesgo hemorrágico”, añade.
Para el presidente de la SETH, “no existe suficiente conocimiento entre la población general sobre esta enfermedad. En encuestas realizadas, la concienciación sobre el problema del TEV es mucho menor que la que se tiene sobre otras enfermedades, como el infarto de miocardio, el ictus, la hipertensión, el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el SIDA. Además, menos de la mitad de los adultos conoce que la trombosis puede prevenirse”.
Factores de riesgo de TEV
El TEV afecta a personas de todas las edades, razas y etnias, y ocurre tanto en hombres como en mujeres. Determinados factores y situaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar un coágulo potencialmente mortal.
El tromboembolismo venoso es una causa importante de muerte y discapacidad en todo el mundo; representa la tercera causa de mortalidad cardiovascular tras el infarto agudo de miocardio y el ictus. Por ello, los expertos recalcan la relevancia de saber cuáles son los factores de riesgo que pueden desembocar en esta afección.
El riesgo más alto de padecer la enfermedad va asociado a episodios de cirugía mayor, la hospitalización y la inmovilización prolongada, al cáncer o a presentar alteraciones genéticas que favorezcan la coagulación de la sangre.
Otros factores como la edad avanzada, presentar antecedentes familiares de coagulopatías y tratamientos como la quimioterapia, terapias de reemplazo hormonal y anticonceptivos orales también pueden favorecer la aparición del TEV.
Carga económica del TEV
Además de la morbilidad y mortalidad, el TEV supone una carga económica significativa para el sistema sanitario. Las múltiples pruebas de diagnóstico, los tratamientos, las hospitalizaciones prolongadas y los cuidados de seguimiento (incluido el TEV recurrente) pueden ser muy costosas.
Como incide el presidente de la SETH “si se centran los esfuerzos en la prevención de TEV, los sistemas de salud pueden ahorrar dinero, mejorar los resultados y, fundamentalmente, salvar vidas. Algunos países ya han implementado políticas y protocolos de TEV que estandarizan (o incluso incentivan) la implementación de una prevención adecuada de TEV”.
Para evitar el TEV asociado a hospitalización, “los hospitales deberían establecer y hacer cumplir un protocolo de prevención del TEV para hacerlos más seguros. Para ello se recomiendan las pautas establecidas por las guías clínicas más recientes, basadas en la evaluación individual del riesgo de todo paciente hospitalizado y en una pauta preventiva adecuada”, afirma el experto.
Por ello,“es misión de los hospitales, sistemas de salud, legisladores y organizaciones encargadas de la calidad hospitalaria de todo el mundo hacer que el protocolo de prevención de TEV sea un tema prioritario de seguridad del paciente hospitalizado”, concluye el Dr. Joan Carles Reverter.